Nuria González vive momentos difíciles tras la muerte de su esposo, Fernando Fernández Tapias, de 84 años, quien falleció repentinamente el pasado miércoles por un infarto fulminante. La viuda lleva dos días acudiendo al Tanatorio de La Paz en Madrid para despedir al empresario gallego, quien era muy querido por sus amigos y familiares.
A pesar de la tristeza que embarga a los seres queridos de Fernández Tapias, el tanatorio se ha convertido en un centro de peregrinaje, ya que muchos amigos y familiares han acudido a acompañar a Nuria en este difícil momento. Sin embargo, no todo ha sido fácil, pues ha habido un incidente dentro del recinto que nunca debería haber ocurrido.
La relación entre Fernández Tapias y sus cinco hijos mayores ha sido complicada desde hace dos años, cuando presentaron una demanda conjunta por incapacitación. Los hijos buscaban demostrar que su padre no estaba completamente capacitado para liderar sus empresas debido a problemas de salud. El juez dictaminó una incapacidad parcial para Fernández Tapias en relación con su salud y designó a Nuria González como tutora de su salud y a Florentino Pérez como tutor en cuestiones económicas y legales.
Esta batalla legal llevó a una ruptura en la familia y distanciamiento entre padre e hijos, sin embargo, a pesar de ello, los hijos demandantes han acudido al tanatorio para despedirse de su padre. Lamentablemente, han enfrentado rechazo por parte de la familia de Nuria, quienes han solicitado que abandonen la sala para permitir el acceso a los miembros de la otra parte de la familia.
Fernando Fernández Tapias contrajo matrimonio en tres ocasiones y tuvo ocho hijos. En uno de los episodios más trágicos, uno de sus hijos falleció en un accidente mientras practicaba submarinismo, y su cuerpo fue encontrado dos años después.
La muerte de Fernando Fernández Tapias deja un vacío en el mundo empresarial y una gran tristeza en quienes lo rodeaban. El tanatorio se mantiene abierto para que amigos y familiares puedan despedirse de él en este último adiós.
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