La luz de un cuásar gigante, proveniente del cuásar J0529-4351, ha tardado más de 12.000 millones de años en llegar a la Tierra, revelando así la existencia de este fenómeno astronómico. Inicialmente, se pensó que era una estrella cercana debido a su intensidad, pero tras un análisis más detallado, se descubrió que se trataba de un cuásar formado alrededor de un agujero negro con una masa equivalente a más de 17.000 millones de soles.
El descubrimiento de este cuásar ha sido liderado por un equipo de científicos, encabezados por Christian Wolf, quienes han demostrado que es el cuásar que más rápido crece y brilla en el universo conocido. A pesar de que se han identificado más de un millón de cuásares desde su descubrimiento en la década de 1950, el cuásar J0529-4351 se confundió inicialmente con una estrella en un análisis automatizado, revelando su verdadera naturaleza recién el año pasado.
La importancia de este descubrimiento radica en que el tamaño de este cuásar permitirá poner a prueba las relaciones entre la masa y luminosidad de los agujeros negros lejanos, así como en que revela la predilección del universo por formar objetos masivos en etapas tempranas de su evolución. Estos hallazgos están reconstruyendo la historia de los primeros tiempos del cosmos, esenciales para comprender su evolución y funcionamiento.