El sarampión sigue siendo un problema de salud pública en Canadá, a pesar de haber sido eliminado en 1998. En los últimos años, ha habido un aumento en el número de casos tanto a nivel nacional como internacional, lo que subraya la importancia de la vacunación contra esta enfermedad altamente contagiosa.
El sarampión puede causar síntomas como fiebre, tos, secreción nasal y conjuntivitis, y aproximadamente el 30% de los casos pueden tener complicaciones graves, como infecciones de oído, neumonía, complicaciones del embarazo y encefalitis. La mayoría de los casos en Canadá ocurren en personas no vacunadas, especialmente en niños, por lo que es fundamental que los proveedores de atención médica estén alerta y tomen medidas de prevención adecuadas.
A pesar de los programas de vacunación existentes, los brotes de sarampión están en aumento y se requiere una mayor conciencia sobre la importancia de la vacunación, incluso administrando la vacuna fuera de los calendarios estándar. La vacuna MMR es segura y eficaz en la prevención del sarampión, pero es importante tener en cuenta a las personas inmunocomprometidas y embarazadas.
La inmunidad colectiva a través de la vacunación masiva es clave para prevenir la propagación del sarampión y proteger a los niños vulnerables a las complicaciones de la enfermedad. Es fundamental que se intensifiquen los esfuerzos de vacunación y que se promueva la importancia de mantener las vacunas actualizadas para proteger a toda la comunidad de esta enfermedad evitable.
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