Las presiones inflacionistas han tenido un impacto negativo en la industria de alimentación y bebidas en el año 2023, provocando una caída del 2,6% en la producción en comparación con el año anterior. Este descenso ha resultado en el cierre de 1.824 empresas en este sector, marcando la primera disminución desde 2013, a excepción del año 2020 debido a la pandemia.
El conflicto en Ucrania y Oriente Próximo, junto con el aumento de los tipos de interés, han sido factores clave que han impactado en la industria de alimentación y bebidas. Esta desaceleración también ha afectado al tejido industrial y al número de empresas activas en el sector.
A pesar de las dificultades, la creación de empleo se mantiene positiva, con un crecimiento del 2%. Las exportaciones también han experimentado un crecimiento del 3,4% en valor, aunque han caído un 6,8% en volumen.
Ante esta situación, el Gobierno ha anunciado su compromiso de apoyar e impulsar el sector a través de una Estrategia Nacional de Alimentación. Se destaca la importancia de reforzar la autonomía estratégica del sector en España para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
En resumen, la industria de alimentación y bebidas ha enfrentado diversos desafíos en el año 2023, pero se espera que con el apoyo del Gobierno y un enfoque estratégico, pueda recuperarse y seguir siendo un pilar fundamental de la economía española.
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