El pasado fin de semana, el estadio Metropolitano fue testigo de un triste episodio de racismo durante el partido entre el Atlético de Madrid y el Athletic de Bilbao. Nico Williams, jugador del equipo vasco, fue objeto de insultos racistas por parte de algunos aficionados locales.
El árbitro del encuentro recogió los insultos en su acta, lo que ha llevado a que el club rojiblanco sea sancionado con el cierre parcial de una de las gradas y una multa de 20.000 euros por conductas violentas, racistas, xenófobas e intolerantes. Se considera especialmente grave la imitación de gritos de mono por parte de un aficionado.
El Atlético de Madrid debe identificar el sector de la grada de donde provinieron los insultos y durante los dos próximos partidos se cerrará el acceso al público en esa zona. Durante los encuentros, se exhibirá un mensaje de condena a los actos violentos en el área afectada por el cierre parcial.
El club ha expresado su sorpresa por el procedimiento de sanción y ha anunciado que apelarán la decisión, destacando que cumplieron con el protocolo establecido en la situación. Además, están colaborando con la policía para identificar al responsable de los insultos, quien ha sido suspendido cautelarmente.
Se ha comparado este caso con el del Getafe Club de Fútbol, que logró levantar una sanción similar gracias a su colaboración para localizar a los responsables de los abusos verbales. Es necesario tomar medidas firmes para erradicar el racismo en el fútbol y en la sociedad en general. Esperamos que este incidente sirva como punto de inflexión para generar un cambio real y acabar con este tipo de comportamientos inaceptables en nuestro deporte.
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