Ovidio Guzmán, hijo del famoso narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán, se presentó ante la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois en Chicago para enfrentar cargos de narcotráfico y lavado de dinero. Durante la audiencia, el acusado se declaró «no culpable» de las acusaciones en su contra.
El hijo de «El Chapo» fue extraditado desde México el pasado 15 de septiembre y ahora se enfrenta a seis cargos adicionales en la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York, en Manhattan. Estos cargos se relacionan con actividades de tráfico de drogas y con el manejo de una empresa criminal.
En caso de ser declarado culpable, Ovidio podría enfrentar una pena que va desde los 20 años de prisión hasta la cadena perpetua. Además, junto con su hermano Joaquín Guzmán López, se le acusa de ocupar posiciones de alto mando en la Organización Criminal Transnacional Guzmán López.
Se estima que Ovidio Guzmán habría obtenido al menos mil millones de dólares en ventas de drogas a lo largo de los años. Su grupo criminal está supuestamente conectado con la fabricación, distribución y venta de fentanilo, un opiáceo sintético altamente potente.
El fentanilo es responsable de un alarmante 66% de las muertes por sobredosis en Norteamérica, convirtiéndose así en una auténtica crisis de salud pública en Estados Unidos. La extradición de Ovidio Guzmán marca la primera vez que un jefe del narcotráfico responde por el tráfico de esta peligrosa droga en EE UU.
De acuerdo a informes, Ovidio comenzó su carrera criminal a los 18 años y en 2014, se convirtió en el líder del primer laboratorio de fentanilo del cartel en Culiacán. Actualmente, se encuentra recluido en el Centro Metropolitano Correccional de Chicago, junto con su padre.
Ahora, el hijo de «El Chapo» tiene la opción de cooperar con las autoridades y buscar una reducción de su condena, o enfrentarse a la justicia y arriesgarse a una posible condena de por vida. El juicio continuará en los próximos meses y será seguido de cerca tanto en México como en Estados Unidos.
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