El Telescopio Espacial James Webb de la NASA, uno de los instrumentos más avanzados de la agencia espacial, ha capturado una impresionante imagen de una protoestrella conocida como HH212. Esta protoestrella se encuentra en la constelación de Orión, a unos 1.300 años luz de distancia de la Tierra, y la imagen revela el asombroso momento del nacimiento de una estrella.
Con menos de 50.000 años de edad, la protoestrella muestra potentes chorros de gas de color rosado o rojizo. Estos chorros representan las emisiones de gas a través de las cuales la estrella regula su proceso de formación. El nombre de la estrella, HH212, proviene de las siglas de Herbig-Haro, en honor a los científicos George Herbig y Guillermo Haro.
La imagen fue capturada en una longitud de onda infrarroja de 2,12 micrones, lo que demuestra la excepcional capacidad del Telescopio Espacial James Webb. Este telescopio es diez veces más nítido que cualquier otro instrumento existente, lo que permite a los científicos sumergirse en los procesos que impulsan la formación de estrellas.
Además, el telescopio tiene la capacidad de reunir imágenes para crear una película que muestra cómo los elementos de las estructuras de los chorros cambian con el tiempo. Esta observación proporciona una visión detallada sobre cómo nacen las estrellas, incluyendo nuestro propio Sol en sus primeras etapas.
Los científicos creen que este descubrimiento ayudará a comprender mejor el universo en su conjunto. Poder estudiar el nacimiento de una estrella y los procesos que intervienen en este fenómeno es clave para obtener una visión más completa del cosmos. Con el Telescopio Espacial James Webb, los científicos están un paso más cerca de desentrañar los misterios del universo y comprender nuestro lugar en él. Este hallazgo abre nuevas puertas para la exploración y el conocimiento científico.
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