La tasa de inflación en la eurozona ha experimentado una ligera disminución en el mes de enero, bajando una décima en comparación con diciembre. Según los datos publicados por el Banco Central Europeo, la inflación anual se situó en el 2,8%.
Además, la inflación subyacente, que excluye los precios de energía y alimentos, también experimentó una disminución de una décima y se situó en el 3,3%. Esta caída en la inflación se debe principalmente a una moderación en el aumento de los precios de alimentos, alcohol y tabaco, así como de los bienes energéticos no industriales.
En cuanto a los servicios, se mantuvieron estables con un aumento del 4% por tercer mes consecutivo, mientras que los precios de la energía frenaron su descenso.
En el caso de España, la inflación aumentó dos décimas en enero, alcanzando el 3,5%, por encima de la media comunitaria. Esto demuestra que nuestro país sigue experimentando un incremento en los precios de los productos y servicios.
En Europa, Estonia y Croacia registraron las tasas de inflación más altas, mientras que Finlandia e Italia registraron las tasas más bajas. Estas diferencias en la inflación entre los países de la eurozona reflejan las distintas realidades económicas y situaciones internas.
Por otro lado, la eurozona logró evitar por poco la recesión técnica al final de 2022, con un crecimiento económico del 0% en el último trimestre del año. Esta cifra muestra una estabilidad en la economía de la región, aunque es importante destacar que se trata de un crecimiento muy leve.
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