Decenas de ucranianos marcharon por las calles de Zaragoza para exigir el fin de la guerra y mostrar su rechazo hacia la agresión rusa liderada por Vladimir Putin. La marcha culminó frente a la Virgen del Pilar, donde los participantes pidieron el cese del conflicto que ha causado estragos en su país.
Entre los manifestantes se encontraban soldados heridos en la guerra que se están recuperando en el Hospital Militar de Zaragoza. Vladislav, uno de los soldados heridos, perdió sus dos piernas en el conflicto y fue quien llevó flores a la basílica en señal de paz y esperanza. Otro soldado herido, Taras, caminaba con muletas y recibió la visita de su esposa, quien viajó desde Ucrania para estar a su lado en Zaragoza.
Olena, una mujer ucraniana llegada a Zaragoza con sus dos hijos desde Kiev, espera ansiosa el regreso de su esposo que aún permanece en su país. Darina, quien cumplió su primer año en Zaragoza, mantiene contacto diario con su familia en Ucrania a través de las redes sociales.
Julio, un voluntario que ayuda a la comunidad ucraniana en Zaragoza, mencionó que el 80% de las personas en busca de empleo son mujeres. Aunque los niños se están adaptando bien a Zaragoza, los adultos sienten la necesidad de regresar a su país en cuanto la situación lo permita.
Juan Carlos García, otro voluntario comprometido con la causa, ha acogido en su casa a una familia de ucranianos y ha organizado eventos benéficos para recaudar fondos destinados a los soldados heridos. Muchos ucranianos que llegaron a España hace dos años han enfrentado dificultades para encontrar empleo debido a la barrera del idioma, pero continúan luchando por un futuro mejor tanto para ellos como para su país.