Más de 1.000 migrantes irregulares llegaron a las Islas Canarias el sábado, incluyendo un cayuco con 320 personas a El Hierro, estableciendo un récord histórico desde que se abrió la ruta en 1994. En total, se han registrado 1.446 llegadas de migrantes en las últimas semanas, agravando la situación migratoria en las Canarias.
La llegada masiva de migrantes está agotando los recursos de emergencia de las islas, que se encuentran al límite para hacer frente a esta crisis humanitaria. Las autoridades han tenido que desplegar equipos de rescate en el mar para salvar vidas y dar asistencia médica a los migrantes que arriban en embarcaciones precarias. Sin embargo, la capacidad de acogida está saturada y se requiere urgentemente una respuesta más amplia y coordinada.
El número de migrantes llegados a Canarias en patera o cayuco ha aumentado en un 79,4% en comparación con el mismo periodo del año anterior, lo que indica un incremento significativo en la migración irregular hacia estas islas españolas. Salvamento Marítimo y la Guardia Civil han interceptado varios cayucos en las aguas de El Hierro, Tenerife y Gran Canaria, rescatando a más de 650 personas en un solo día.
Ante esta crisis migratoria, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones está buscando soluciones y visitando diferentes lugares en toda España para fortalecer la red de acogida y liberar la presión migratoria en las Islas Canarias. Se está considerando la habilitación de nuevos centros de acogida y la distribución de los migrantes hacia otras comunidades autónomas.
Esta situación ha generado un debate sobre la gestión de la migración en España y la necesidad de abordar las causas fundamentales que impulsan a las personas a lanzarse a esta ruta peligrosa en busca de una vida mejor. Organizaciones de derechos humanos han instado al gobierno a tomar medidas urgentes para garantizar una acogida digna y segura a los migrantes, así como a promover soluciones estables y sostenibles a largo plazo.
En medio de esta crisis, las Islas Canarias se encuentran en una situación delicada, con sus recursos y servicios sobrecargados. Es crucial una respuesta rápida y efectiva tanto a nivel nacional como internacional para abordar esta emergencia humanitaria y garantizar el respeto a los derechos y dignidad de todas las personas involucradas.